¿Dónde estoy?

Me quisiste a bocajarro. Fue imposible no morir en el intento.

17.10.11

Te juro que un día te lanzo por la ventana. Pero te amo.

Vamos a suspirarnos hasta vaciar nuestros corazones. Y luego si eso, abrimos otro. Que tengo la nevera llena de todos los que la gente va tirando por la calle.
"Qué estupidez", pensé. Pero lo peor de todo es que hablaba en serio cuando decía ese tipo de cosas. Se ponía muy seria y me miraba a los ojos con firmeza. Sabía que quizá intimidarme ayudaría a hacer más creíbles sus tonterías.
- Cállate, Eme. Nadie tira corazones por la calle. -Me ponían nervioso sus desvaríos. A veces sólo quería abofetearla hasta traerla de vuelta a la realidad. Ella, para colmo, sonrió como si entendiera algo que a mí se me escapara. Como si fuera idiota.
- No lo entiendes, ¿verdad? Sólo estoy diciéndote que te quiero.
- ¿Y por qué no puedes decírmelo de una forma que no me saque de mis casillas? De una forma normal, como todo el mundo.
- Porque yo no quiero ser como todo el mundo. Y si te digo que te quiero, tiene que ser como un secreto que sólo tú puedas entender... Si te pareciera lo mismo a ti que a cualquiera que pase por la calle... No sería especial...
Utilizaba para hablar esa voz que me desarmaba. Ella lo sabía, y por eso movía mis fichas como quería. Sabía que al escucharla me enternecería, me arroparía con sus palabras y la estrecharía contra mi pecho como si fuera a romperse en cualquier momento. Como si realmente ella guardara un secreto que debía proteger a toda costa cerca de mi corazón, donde nadie pudiera llegar hasta ella.
- Eres una boba... -Sonreí.
- Sólo te quiero. No sé hacer otra cosa...
La cogí por los hombros y la miré tan fijamente como ella hacía conmigo.
- Eres especial, Eme. Aunque a veces no te entienda o quiera lanzarte por la ventana. -Rió. Y sé que por su cabeza la idea de salir volando hasta el edificio de enfrente le pareció más divertida que macabra. -Eres la desesperación que juega con mis posibilidades de padecer un infarto algún día. Pero te juro que te amo, ¿me oyes? Te amo porque nadie más que tú podría ser tú. Porque eres más distinta de lo que yo mismo creo. Y si algún día dejase de escuchar tus tonterías... Me apagaría para siempre. ¿De qué te ríes...? -Reía entre dientes, como una niña pequeña que ha hecho algo mal a escondidas de los adultos.
- ¿Te das cuenta, Christian? Tú tampoco sabes decir nada más que sandeces... Infartos y asesinatos premeditados... Cualquiera que te escuchara pensaría que sólo quieres terminar conmigo. Pero yo sé que me necesitas, que me quieres. Sólo lo sé yo... Y por eso es especial, por eso sé que me amas de verdad.
Eme, mi ingenua y singular Eme... Pese a todas sus estupideces, una vez más, tenía razón... Como siempre.


8 comentarios:

  1. Jolín Rocío! m gusta mucho =) esto es parte de algún libro?

    ResponderEliminar
  2. Ohhh (L), qué mona es Eme! Me recuerda a mi en varias ocasiones x).

    ResponderEliminar
  3. Qué infartos tan cucos.
    :)

    ResponderEliminar
  4. Es para decir (ohhhhhhhhhhh) <3
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Jo, me ha encantado. Me has sacado una mueca entre "se me escapa una lagrimita", "qué preciosidad" y "ahora me apetece estar con él y que me mime".
    Eres grande, no lo olvides :)

    ResponderEliminar
  6. Oh, me ha encantado. Es taaaaaaaan dulce! Sigue asi, que veo que te va muy bien :) una preciosidad sin duda, un beso, Eva :)

    ResponderEliminar
  7. Hola Roxy, acabo de entrar a tu blog y de leer esta entrada, que por cierto me encantó. Al principio me costó entenderla pero luego que lo hice en serio la disfruté. Ahora voy a revizar lo demás que has escrito y de seguro me gustará. Saludos desde Perú.

    ResponderEliminar

¿Me das un poquito de lo que desayunas?