¿Dónde estoy?

Me quisiste a bocajarro. Fue imposible no morir en el intento.

14.12.11

El momentazo, el chispazo de mi vida.

Fumar en una estación de autobuses da la sensación de que esperas algo. Y si esperas algo, llega. Yo estoy esperando el momentazo de mi vida, el chispazo, la razón que desencadene todas mis respuestas y las haga libres. Después de perderle, beber durante un mes entero sin derramar una lágrima y que me dieran la patada en el trabajo, sólo me quedaba suplicarle al destino y recordarle que hay millones de personas más en el mundo a las que putear. 
Cuando se me acabó el alcohol recordé que hace dos años fumaba. Y me encendí un cigarrillo. Supongo que es el único recuerdo al que puedo volver sin arriesgarme a convertir mi corazón en un kamikace acabado.
Cuando la vida te ha enamorado, te ha follado y luego te ha abandonado en una habitación mugrienta de hotel sin volver a llamarte, sólo te llenan pensamientos de vacío y alguna madrugada, hasta de muerte. Pero luego recuerdas que aun hay momentos que no has vivido, zapatos que no te has comprado y esas listas que suele hacer patéticamente la gente antes de morir aun sabiendo que no cumplirán ni la mitad. Y entonces, triste y abandonada, te das otra oportunidad y vienes a la estación de autobuses a hacer como que esperas algo, a alguien o... Un milagro. Porque sabes que si no estuvieras aquí fumando, seguirías en tu habitación rodeada de botellas vacías y pensando en las mil y una formas en las que podrías morir sin sentir dolor, porque bastante es ya el que te embriaga en vida.
Aspiras. Cierras los ojos y llenas de humo todos esos recuerdos que se empeñan en seguir persiguiéndote, acosándote, dispuestos a volver a acorralarte en el pasado de tu mente donde violarán tu voluntad una y otra y otra vez. Por eso fumo, para escapar de los pozos en los que el alcohol sólo me ha enterrado. Por eso estoy aquí viendo los autobuses llegar, deseando en silencio que él baje de alguno y me invite a cenar, se arrepienta y todo vuelva a ser como antes, porque voy a dejarme una pasta en alcohol y tabaco y encima, he perdido el trabajo.
Pero nadie llega. Nadie se para a mirarme porque nadie sospecha que realmente no aguardo nada ni a nadie. Sólo estoy esperando el momentazo de mi vida, el chispazo, la razón, por más efímera que sea, que me anime a seguir consumiendo este cigarrillo antes de terminar de consumirme a mí misma.



Podéis preguntarme cuanto queráis en: http://www.formspring.me/roxyescritora
Visita mi página personal en: http://roxyvarlow.blogspot.com/
Y conocer mi trabajo fotográfico (actualizado)en: http://www.flickr.com/photos/roxyvarlow/



10 comentarios:

  1. La vida se nos pasa esperando, ¿esperando a qué? simplemente me gustó muchísimo lo que escribiste, me siento tan identificada!

    ResponderEliminar
  2. En serio, me encanta la manera en la que endulzas tardes como éstas con tus relatos :o ¡Es sorprendente!
    ¡Sigue así! :DD

    ResponderEliminar
  3. Cuando la vida te ha enamorado, te ha follado y luego te ha abandonado.

    Impresionante.

    ResponderEliminar
  4. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION


    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS,

    José
    Ramón...

    ResponderEliminar
  5. Me he emocionado leyendo el relato.
    Me encanta la forma en la que está escrito.
    Gracias por hacer cosas como estas :)

    ResponderEliminar
  6. Me sumo, a mí también me ha emocionado. Iba a destacar el inicio del segundo párrafo pero creo que me quedo con el final, que es un bombazo.

    ResponderEliminar
  7. No puedo destacar ningún fragmento de tu relato, porque todas y cada una de sus palabras me han transportado a aquella estación de autobuses y a aquella mugrienta habitación de hotel.
    Me siento tan identificada... Aún espero ese milagro.

    ResponderEliminar

¿Me das un poquito de lo que desayunas?