¿Dónde estoy?

Me quisiste a bocajarro. Fue imposible no morir en el intento.

15.11.11

Los latidos del sauce

Los largos tentáculos del aburrimiento me encadenaban a aquella angosta cama, tan incómoda como el día en que llegué. "Sólo unos días más" llevaba escuchando de boca de la enfermera hacía meses, pero sus días se contaban por semanas y la puerta de salida cada vez parecía más parte de mis sueños que de mi realidad. "¿Cuándo voy a poder irme?" Esa era mi única pregunta, tan repetida que el doctor la articulaba con los labios al entrar en la habitación sin que yo hubiera podido decir nada. Todo el personal se sabía muy bien mis preguntas e inquietudes, pero yo no tenía ni una de sus respuestas.
Los ventanales, antes bellos reflejos al óleo del mundo exterior, se habían vuelto monótonos y demasiado conocidos. Me entretenía contando las tórtolas que surcaban el cielo y esperando pacientemente a que el gran sauce llorón que asomaba desde el jardín perdiera la última hoja. El día en que eso ocurra le pediré a la enfermera que busque esa última lágrima y la traiga junto a mi cama, así podré contar el tiempo que estoy aquí prisionero en lágrimas de sauce. "¿Cuánto tiempo estuviste en el hospital?" Me preguntarán. "18 lágrimas de sauce" responderé yo. Y parecerá poco. Y será una eternidad.
- ¿Cómo se encuentra hoy?
- Como ayer, antes de ayer y seguramente mañana y toda la vida: Aburrido.
- Vamos, vamos, sólo unos días más.
Y yo suspiraba conociéndome bien su cantaleta, las palabras de madre mentirosilla que arrulla a su niño para que se quede tranquilo. Pero mi corazón de niño se estaba volviendo viejo y ya pillaba las mentiras incluso antes de que despegaran. Qué triste es envejecer postrado en una cama, parece que el tiempo se estire como un chicle pero cunda el doble. Y las arrugas, que no veo en el espejo, las noto en el alma.
Algún día abriré ese ventanal y me tiraré de cabeza, es todo cuanto pienso. Maquinar mi inesperado suicidio con toda la estrategia que ello conlleva mantiene alerta mi mente y activa las películas de mi imaginación, aunque sean de un filmado tan macabro. Pero sé que no lo haré, el pulpo que me tiene aquí postrado se hace cada día más pesado y mis huesos se están volviendo blandos y torpes. Sólo me espera, como asumo en mis pocos momentos de resignada lucidez, rezar porque todavía le queden a mi corazón más latidos que al sauce hojas que llorar.



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8 comentarios:

  1. Qué triste... Me encantan los relatos de este tipo, consiguen llegarme :)
    Besos.

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  2. Roxy me has abstraído completamente y me has hecho sentir como si fuese yo la que estaba en esa situación, tu manera de describir es genial al igual que tus comparaciones: "las palabras de madre mentirosilla que arrulla a su niño para que se quede tranquilo."

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  3. "Así podré contar el tiempo que estoy aquí prisionero en lágrimas de sauce."
    Maravilloso ><

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  4. Coincido con Mrs.Exception, es sobrecogedor
    Un beso

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  5. O.O ME ENCANTA TU BLOG! y la entrada.. es fantástica... Y como se lo feliz que hace un nuevo seguidor pues...Te sigo ¿Puedes seguirme tu a mi?
    Me haría mucha ilusion...
    http://sobredosis-derealidad.blogspot.com
    Besitos♥!
    Te espero, NO ME FALLES!!

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  6. Sí, es un relato muy emotivo. Está muy bien narrado el hastío del personaje, las tórtolas me recordaron "El palomo cojo" y es muy hermosa la imagen de las lágrimas del sauce, hace pensar que el personaje tiene un vagaje de sufrimientos mucho mayor que lo que se cuenta en el relato.

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  7. He esperado mucho tiempo para leerlo, porque tenía que leerlo sí o sí, porque me resulta un personaje sumamente cercano. Tienes esa realista y cercana (perdón por repetir palabras) forma de describir los estados anímicos de los protagonistas de tus historias; no son superficiales ni tampoco están saturadas de vocablos rimbombantes o de adjetivación excesiva.

    =) Me alegro de haber esperado para leerlo lentamente y empaparme de cada una de tus palabras.

    ¡Un saludo!

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