¿Dónde estoy?

Me quisiste a bocajarro. Fue imposible no morir en el intento.

4.7.11

Tras el lienzo de la rutina

Siempre me planteé que podríamos volver a morir, quiero decir, retornar a ese punto final tras el cual pensábamos que no quedaba nada. Al fin y al cabo, el sexo después de ese límite era mucho mejor.
A veces sentía que estaba hecha de un papel que él rasgaba cada vez que intentaba destruirme. Y por más que luego intentara pegar los restos, siempre quedaban las odiosas marcas que me recordaban que una vez no hace mucho, estuve rota. Al final te acostumbras, ¿sabes? Te miras al espejo y sólo ves un viejo lienzo con trazos secos y llenos de polvo. Una superficie rasgada que se disolverá con la mínima caricia, pero es lo que tiene que te moldeen a base de gritos y penetraciones salvajes, que luego el amor te lastima, te arde, te desintegra... Acostumbrada a las miradas de odio y los silencios amargos, un guiño inesperado o una sonrisa a través de la muchedumbre en el metro se me antojaba como algo peligroso que debía evitar a toda costa. Y mi refugio era volver a su lado y al del cenicero, dejar que apagara las colillas sobre mi alma y que luego curase las quemaduras con su lengua húmeda y maloliente. Pero mira, es lo que hay... Es lo que tiene acostumbrarse a la mala vida, a las malas compañías. Que llega un momento en que se convierte en algo tan rutinario que hasta ves mal el intentar darle un giro a tus días, a tu corazón o a la mierda esa de sentimientos de los que habla la gente. Yo hace mucho que sólo divido mis sentimientos en "estar con él" y "estar sin él". Estar con él significa dejarme rasgar una vez más pero llevarme a casa la sensación de haber sentido la piel de otra persona por unos segundos, haber tenido contacto con un corazón ajeno que aunque indiferente, hace compañía al mío. Y estar sin él significaba pensar en los pros y los contras de estar con él.
Por eso preferiría volver a ese punto en el que todo es una mierda. Porque por lo menos, cuando termina la faena me abraza antes de quedarse dormido y puedo aprovechar para confesarle la vida que me gustaría tener a su lado. Creo que eso es mejor que nada. Por lo menos mejor que seguir mirándome al espejo y darme cuenta de en lo que me he convertido. O más bien, de lo que ya no soy.


La imagen que acompaña al texto y la cual lo ha inspirado pertenece a la ilustradora chicagAto. Podéis encontrar más de sus creaciones en su Flickr personal: http://www.flickr.com/photos/meoowchicagato/

4 comentarios:

  1. Puede que la soledad sea mejor que mendigar cariño y comprensión; sobre todo porque cuando lo hacemos sólo obtenemos un sucedáneo de los mismos.

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  2. Soledad que te hace arañar los días o plagio mal hecho de algo parecido a sexo? No suena a decisión fácil...

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  3. PD. Todos agradeceriamos que suprimas las letras de verificación...
    FIRMADO: Una comodona xDDDD

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  4. ¿Cuál es la recompensa de aceptar vivir una mentira cunado lo único que recibes son migajas sobre tu tristeza y aceptación, cuando, en realidad, mereces soles?
    Muy triste Roxy, pero a la vez muy real.
    Un beos. =))

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¿Me das un poquito de lo que desayunas?