Había desaparecido tanto que no se encontraba ni en el espejo. Hecha un ovillo dentro de su armario, humedecía las prendas de verano con sus lágrimas de invierno, duras y heladas.
Hacía tiempo que había volado mucho más allá de su mente, de la realidad y de su propio cuerpo. Había traspasado los límites que cerraban su carne y se había convertido en una fuerza, en un deseo cuya única meta era escapar.
Estaba presente pero no en el día que tocaba. Sentada en su habitación viajaba hacia el pasado, el futuro y el punto intermedio entre el Aquí y Ahora que poca gente sabía dónde encontrar.
Se despegó de sus latios, de su apetito y de la necesidad de respirar. Sobrevivía con pequeñas y discretas bocanadas de aire que le robaba a la soledad, quien la sustentaba entre sus brazos y la alimentaba de su propio seno. Le robó los compases rítmicos a un reloj y se fundió con la cenefa de una pared. Siendo invisible para el tiempo quien se olvidó de llevarla con ella hacia un futuro. Convirtiéndose en un planeta propio aparte del mundo. Uno frío, solitario y marchito. Plutón, o quizá Saturno.
Preguntas en: http://www.formspring.me/roxyvarlow
Roxy, ya no sé cómo decirte todo lo que me gusta tu forma de escribir. Eres una gran escritora. Hay en la red, páginas de concursos de micro relatos. Anímate. Vete a mi blog y en blogs favoritos busca el de PAblo González. Se dedica a eso. BEsososos
ResponderEliminargenial Roxy :)
ResponderEliminarhe caido por casualidad y mehan envuelto cada uno de tus textos, te felicito. un saludo :)
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